Los receptores adrenérgicos son proteínas que se encuentran en la superficie de las células y que actúan como dianas para las catecolaminas, que incluyen la adrenalina (epinefrina) y la noradrenalina (norepinefrina). Estas catecolaminas son neurotransmisores y hormonas que están involucradas en la regulación de diversas funciones fisiológicas, como la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la dilatación de las vías respiratorias y la respuesta al estrés.
Existen dos tipos principales de receptores adrenérgicos: los receptores adrenérgicos alfa y los receptores adrenérgicos beta. Los receptores alfa se subdividen en alfa-1 y alfa-2, mientras que los receptores beta se subdividen en beta-1, beta-2 y beta-3.
Los receptores adrenérgicos alfa-1 se encuentran principalmente en las arterias y las venas, y su activación provoca la constricción de los vasos sanguíneos, lo que resulta en un aumento de la resistencia periférica y la presión arterial. También se encuentran en los músculos del iris, donde su activación provoca la contracción y la dilatación de la pupila.
Los receptores adrenérgicos alfa-2 se encuentran principalmente en las terminaciones nerviosas presinápticas, donde su activación inhibe la liberación de noradrenalina y, por lo tanto, disminuye la actividad del sistema nervioso simpático.
Los receptores adrenérgicos beta-1 se encuentran principalmente en el corazón, y su activación provoca un aumento de la fuerza y la frecuencia de las contracciones cardíacas, lo que resulta en un aumento de la frecuencia cardíaca y el gasto cardíaco.
Los receptores adrenérgicos beta-2 se encuentran principalmente en los músculos lisos de las vías respiratorias, los vasos sanguíneos y los tractos gastrointestinal y genitourinario. Su activación provoca la relajación de los músculos lisos y la dilatación de las vías respiratorias y los vasos sanguíneos, lo que facilita la respiración y el flujo sanguíneo.
Los receptores adrenérgicos beta-3 se encuentran principalmente en el tejido adiposo, donde su activación estimula la lipólisis, es decir, la descomposición de las grasas para su posterior utilización como fuente de energía.
La activación de los receptores adrenérgicos puede ser inhibida por diferentes medicamentos llamados antagonistas de los receptores adrenérgicos, que se utilizan en el tratamiento de diversas enfermedades, como la hipertensión arterial, el asma y la enfermedad de Parkinson. Por otro lado, la estimulación de los receptores adrenérgicos puede ser inducida por medicamentos llamados agonistas de los receptores adrenérgicos, que se utilizan en el tratamiento de condiciones como la hipotensión y el shock.
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